El Verano llega a su fin. Se acaban los días de Sol y Calor.
Este final viene acompañado de días más cortos, más tristes y oscuros y mucho más frios. Todos estos cambios nos afectan emocionalmente.
Nos sentimos más tristes, decaidos, melancolicos, sin deseos de trabajar. Tenemos menos activación, no nos apetece salir a las terrazas, al cine, o a comer, preferimos quedarnos en casa viendo tranquilamente una película o leyendo un libro.
Este sentimiento es general, si observamos a nuestra pareja, nuestros hijos, amigos, padres... todos sienten, en menor o mayor medida, lo mismo que nosotros.
¿Cómo podemos evitar encontrarnos tan decaidos en Otoño?
Lo primero que debemos tener en cuenta es, que nuestro final de las vacaciones no esté próximo a nuestra incorporación al trabajo. Debemos regresar unos días antes (2 o 3) para adaptar a nuestro cuerpo de nuevo a la rutina.
Aunque no tengamos vacaciones, nuestros días libres, ya sean entre semana o durante el fin de semana, debemos tenerlos organizados, para poder realizar las gestiones que no podemos hacer cuando estamos trabajando y a la vez tener tiempo para nosotros y para nuestra familia. Ir, por ejemplo, de excursión, pasear por la playa, comer con la familia, ir al cine... De esta forma no sentimos la ansiedad ante la aparición de la monotonía.
Y sobre todo, no anticipar, no pensar en las cosas que me quedan por hacer y que voy con retraso, todo lo que me espera en el trabajo... Debemos organizarnos por días y por semanas.
Espero que todos tengáis una buena vuelta al trabajo!